Aunque cada vez son más los proyectos de reforma u obra nueva que contemplan la instalación de un ventilador de techo, lo más habitual es que sustituyan un punto de luz existente.
Es por este motivo que la mayoría de los modelos de ventiladores disponen de luz. En el caso de los ventiladores Faro, por ejemplo, el 70% de los diseños son ventiladores de techo con luz.
Sin embargo, aunque esta duplicidad de funciones es muy práctica -y en muchas ocasiones, imprescindible- hay que hacer notar que la función principal de un ventilador de techo no es iluminar, sino ventilar. Esto se traduce en que la capacidad de iluminación que tienen es limitada, y por lo tanto nuestras expectativas deben ser moderadas en este sentido.
Por ejemplo, no es realista pretender que la luz de un ventilador de techo ilumine toda una habitación, como probablemente hacía antes la luminaria substituida. Habrá, por tanto, que complementar la luz del ventilador con otros puntos de luz, por ejemplo apliques de pared o downlights.
La segunda consideración es que la incorporación de una lámpara al ventilador impone unas restricciones de diseño que hacen que normalmente un ventilador de techo con luz sean menos estético que uno que no dispone de ella.
Este punto implica también que la altura del ventilador sea ligeramente superior, por lo que nos costará más encontrar un modelo para techos bajos.
Finalmente, cabe destacar que el control de un ventilador sin luz es más simple. Se puede realizar perfectamente desde un interruptor de pared o mando a distancia, y no suelen llevar tirador. Por contra, en los modelos con luz, el control de la luz desde el interruptor de pared dependerá del estado de los tiradores y del tipo de mando a distancia. En este artículo sobre el control de los ventiladores de techo con luz podéis consultar información detallada sobre este punto.